Hay, que semana tan emocionante, espectacular, llena de alegría, risas, juegos, llantos, todo. Estoy agradecida de haber compartido tantas cosas con mucha gente que nunca en mi vida hablé. Me encantó el grupo que formamos tanto en el barrio San Jorge como en el grupo para hacer las tareas.
No puedo creer como en una semana te podes dar cuenta de tantas cosas en la vida, ves el mundo en otra realidad, te das cuenta que hay gente peor que uno mismo, que con lo poco que tiene se conforma porque es así, se CONFORMAN y nosotros qué?, nosotros con tanto que tenemos nos QUEJAMOS y queremos muchísimo más porque es la verdad, nunca nos conformamos con lo que tenemos.
Me encantó ir a Añatuya y darle a esos nenes una sonrisa, una alegría por cada llegada al barrio, por cada juego que hacíamos, por cada canción que cantabamos y por todos esos abrazos que tanto les hacen falta. Agradezco a Dios por haber ido allá y darme cuenta de muchas cosas que antes por ahí no me importaban o nose, pero ver a esos nenes con esa sonrisa cada día que nos veían me llenaban el corazón de alegría. No quería irme y menos cuando los vi llorar cuando nos despedíamos, eso me mató.
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