Desnudemonos el alma, arrancándonos la ropa, que no llegue la mañana, quiero que te vuelvas loco.
Loco, tenerte así, tan loco como el agua en el mar golpeando en las rocas, sintiendo que me inundas
poco a poco, sin más enloqueces y más. Porque yo ya estoy loca y a menudo me castigas sin piedad y
luego me provocas loco. Te callas, no me hablas, no lo entiendo, ahora siento que el silencio es el culpable
de este miedo. Que del miedo voy perdiendo la cordura, pues prefiero ser yo una loca que a tu lado va
rozando la locura.
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